Quien iba a creer, quien iba a pensar, aún más, quién se preguntaría, que una sonrisa me delataría… y es qué; para terminar de ajustar mi aspecto físico deja mucho que desear. No lo hago de mala intensión, pues el Creador del Universo conoce mi corazón; pero siempre he considerado mi forma de ser, como el canal necesario para acceder, a un mundo en el que la fama y la fortuna no importan, sino la actitud positiva y encantadora de la gente de quien la humildad es señora… (lg)
lunes, 12 de abril de 2010
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