La otra noche quise pedirte perdón, pues en el fondo de mi corazón, reconozco que perdí la razón. Cuando ocurrió el mal entendido, lo entiendo fuiste tú el aludido, pero, en ese instante no me percate, que con la espada de mi lengua te desgarre, aduciendo integridad laboral y en defensa de una supuesta lealtad, que alimento mi ser por mucho tiempo lo cual no quise reconocer. La verdad es, que llegue a una conclusión, por mas que te esfuerces por satisfacer a aquellos que solo piensan en los bienes materiales y necesadedes de este mundo, terminaras solo, afligido y meditabundo. Todo pasa en un instante, todo pasa en un segundo, ayer estaba alegre y derrochando en el mundo, hoy despierto y me doy cuenta que todo eso era vanidad y que ahora estoy en otro rumbo. Por eso reaccioné, una voz, en mi interior desato, el deseo, la necesidad de socavar esta necedad, y por eso me atreví. Un poco frustrado comencé a escribir, pero encontré en lo mas profundo de mi alma, la inspiración que me ayudo a seguir. Hoy me di cuenta, que aunque, arrastre mi supuesta dignidad y reconocí mi error, lo único que encontré fue una montaña de Orgullo y supuesto pudor. Bueno Así es la vida, Mi cuenta esta saldada, pues me baso en la escritura que argumenta mi batalla, si así no quisiste reconocer mi intento de armonización, no me queda mas que otra ves pedirte perdón… (lg)
martes, 13 de abril de 2010
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